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Diario YA


 

Frente al atraco a mano armada perpetrado por Kischner en Argentina

¿Tú también, Europa?

Miguel Massanet Bosch.  Don Manuel Tamayo y Baus dramaturgo español del siglo XIX, hijo de actores u y pariente de dramaturgos y políticos nos legó en su obra Un drama nuevo la siguiente consideración: “¡Miserable humanidad! Vuélvese en ti manantial de crímenes la noble empresa acometida sin esfuerzo bastante para llevarla a cabo”. En muchas ocasiones hemos dudado de si la famosa Comunidad Europea del Carbón y del Acero, de Robert Shuman, la CECA (1.950), precursora de la Europa de los Seis, debió quedarse en aquel acuerdo de proporciones y efectos limitados o, como ha ocurrido en realidad, ha sido una buena idea que se haya convertido en el primer peldaño para lo que, luego, ha devenido en la Unión Europea establecida y puesta en vigor en el Tratado de la Unión Europea de 1.993; con pretensiones de darle la categoría de un super Estado a lo que comenzó con ser una simple unión comercial. Creo que Europa comenzó a tener problemas, uno de ellos de identidad, desde el momento en que, a la regulación de aspectos económicos y financieros entre sus miembros se pretendió añadirle la unificación política de los mismos.

 
El primer fracaso se produjo cuando no consiguió que se aprobara, por unanimidad, la Constitución Europea, que debía establecer una especie de  super-gobierno, con unas leyes básicas que debían prevalecer sobre las distintas constituciones nacionales, que, en alguna forma, condicionarían la independencia y las facultades de regirse por sus propias normas de las naciones miembros de la CE. No se consiguió la unanimidad prevista y, a partir de aquel momento, se puede decir que sigue descabezada aunque, de hecho, lo que ha sucedido es que Alemania y Francia, con la oposición de Inglaterra y el seguimiento, más o menos concertado, del resto de los países, teniendo en cuenta que lo que constituyen los 17 países integrados en la Zona del Euro, tiene problemas que no afectan  tan directamente al resto de naciones, que no se incluyeron en ella, como ocurrió con Inglaterra, que siempre desconfió de sus “amigos” continentales.
 
Lo cierto es que, estos días tan amargos para España, en los que parece que nos dan por todas partes, lo estamos comprobando en nuestra propia carne. No da la sensación de que, esta pretendida unidad de Europa para asumir, lo que aspiraba a ser un bastión para enfrentarse a la supremacía de los EE.UU de América o a las poderosas naciones emergentes como China, la India o la propia Corea del Sur, sin despreciar a Brasil; se materialice en un frente común, cuando uno de sus miembros, en este caso España, tiene dificultades y precisa del apoyo de la comunidad para que la defienda, buscando una actitud unitaria, decidida y expeditiva de todos los miembros del PE , que esté por encima de posibles lazos económicos, de aspiraciones egoístas o de intereses materiales de cualquiera de los países miembros. Ya no nos referimos, exclusivamente, a la ayuda del BC , que precisamos como el agua que bebemos, sino al evidente atraco a mano armada perpetrado la señora Fernández Kischner de Argentina, con la complicidad de equipo de marxistas, anticapitalistas y de la misma ralea del dictador de Venezuela, señor Hugo Chavez que, como era de esperar, ha apoyado y aplaudido el robo de IPF por la canciller argentina; olvidándose de todas las normas vigentes, tanto en cuanto a la seguridad jurídica de los inversores en países extraños, como de todas las normas internacionales que regulan el comercio y las relaciones internacionales entre naciones.
 
Por desgracia, creo que estamos en aquella situación que tan bien recoge el refranero español, cuando afirma: “a perro flaco todo son pulgas”. Veamos si aclaramos algunos conceptos. Cuando el señor Rajoy y su nuevo Gobierno asumió el gobierno de España, se aprestó, con gran diligencia, a poner en práctica todas las recomendaciones que se nos hacían desde Europa, para que pudiéramos seguir disfrutando de ayudas económicas a través del BCE (compra de deuda secundaria a través de los bancos). Los recortes que ha llevado a cabo el nuevo Gobierno se pueden calificar de brutales. Sin embargo, aquella señora Merkel y aquel señor Sarkozy que aplaudían las reformas emprendidas por Rajoy, parece que ahora pretenden que los efectos de las mismas sean inmediatos y, en lugar de aflojar las tuercas, para que podamos inhalar oxígeno, se dedican a apretarlas, como si quisieran obligarnos  pedir el rescate. ¿En qué quedamos? El mismo FMI que nos daba consejos la reforma laboral, ahora que estamos en ello e intenta reducir el gasto público, ¡maravíllense ustedes!, nos reprocha que las medidas adoptadas sean tan tajantes. ¿Hay alguien que se entienda con tamaño galimatías?
 
Lo que sucede, señores, es que la CE está en recesión, que las grandes medidas de Merkel y Sarkozy parece que no están dando resultados y, para salvar la cara, para eludir las responsabilidades que asumieron al pretender convertirse en los líderes de la UE, como sucede siempre, pretenden descargar las culpas de sus propios errores en naciones que, como España, se encuentran en una situación difícil, aunque el Gobierno hace todo lo posible para sacarnos del barrizal heredado del PSOE. Por tanto, no debiéramos extrañarnos de que, cuando se trata de adoptar una actitud de fuerza ante la cacicada de la señora Fernández, se conformen con una declaración que no los compromete a nada, miran hacia otro lado por miedo a que, una actitud de reproche decidida, pudiera afectar a los intereses comerciales de algunas naciones del grupo y adoptan una postura de gallina clueca ofendida, incapaces de salir en tromba en defensa de uno de sus países a los que se ha vejado de la manera más vil.
 
La realidad, así lo ha dejado claro la señora Clinton, es que la jugada de la Kischner le ha salido redonda. Ya pueden imaginarse la conversación que mantuvo, antes de la nacionalización de IPF, con el señor Obama: “Tú no te metes con el 17% de los accionistas de los EE.UU y, en cuanto a España, puedes hacer lo que te plazca”. El resultado es que, el famoso interés nacional con el que, la presidenta de Argentina, pretende justificar la intervención en la petrolera,  se cae por su base cuando, esta intervención afecta únicamente a accionistas de REPSOL, la poseedora  mayoritaria de acciones de IPF, manteniendo los otros accionistas, entre ellos la sociedad argentina Peterson, los mismos porcentajes que tenían antes de ser nacionalizada la sociedad. Y ¿qué hace Europa?, disimular; ¿Qué hacen los EE.UU? encogerse de hombros, porque “mientras a mí no me afecte no me quiero preocupar” y ¿qué dice China?, pues China está encantada, porque ya lleva meses intentando entrar en una explotación que, en Vaca Muerta, ha descubierto un nuevo filón del que se puede extraer mucho combustible. ¿Podrá China participar en una petrolera nacionalizada? No lo duden, porque hecha la ley hecha la trampa y la Kischner, que adora el dinero a pesar de ser montonera, y marxista, ya se encargará de conseguir una buena “mordida” para su hijo y su familia, mediante algún hábil subterfugio.
 
Y ante semejante demostración de podredumbre ¿qué podemos hacer nosotros? Pues lo que ya estamos acostumbrados: aguantar lo que nos echen. Hoy mismo uno de estos que han venido a medrar a España, un señor de modales afeminados, Boris Izaguirre, se ha permitido lanzarnos una pulla “La crisis ha acabado con la vanidad de los Españoles” y es que, señores, cualquier venezolano por “cutre” que sea ya se atreve con nosotros Pero se equivoca el chisgarabís este, a los españoles no nos achanta nadie y nos crecemos ante la adversidad, O esta es mi visión del problema, señores.

 

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