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Juan Manuel de Prada, inapelable en el X Congreso de Católicos y Vida Pública

“La prensa celebra la gran ceremonia de las cortinas de humo"

Mesa presidencial con Coronel de Palma, Velasco, Ariza y De Prada

Redacción Madrid. 23 de noviembre.

El X Congreso de Católicos y Vida Pública ha dejado algunas intervenciones brillantes que por sí mismas hacen que esta cita anual se haya convertido en un éxito y una referencia de lo que es hoy la sociedad católica. Seguramente, una de las mejores, ha sido la del escritor Juan Manuel de Prada, hombre comprometido con su fe y que no pierde ocasión para dar muestras de su excepcional genialidad. Su ponencia, fue una de las más aplaudidas por la valentía que encerraban sus palabras, no exentas de crítica hacia los medios de comunicación, de uno y otro signo.

Ya es una garantía comenzar citando al Padre Castellani, una de las mentes más preclaras y silenciadas dentro del pensamiento cristiano, tal vez porque sus homilías, sermones, conferencias y tertulias siempre mantuvieron una distancia insalvable con el agiornamiento cobarde de este tiempo. Firme en sus postulados, Castellani ha sido, desde el humor y la ironía, pero también desde la caridad de un sacerdote forjado en el confesionario al ejemplo del Santo Cura de Ars, banderín de enganche de los que han querido combatir la mentira.

“Ciertamente, hoy, la prensa, los medios de comunicación, son uno de los instrumentos más potentes en la propagación de la mentira” –dijo Castellani. De Prada, suscribe la tesis del teólogo en la primera parte de su exposición. Mentira que ha calado en la sociedad de manera rotunda y que De Prada ilustra con una paradoja muy en boga en nuestros días; un chascarrillo sobre cómo a un españolito hoy le resulta casi ingenuo y fuera de toda lógica pensar en el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes y los peces, pero absolutamente creído en que los bonos que le han vendido en su banco multiplicarán sus ganancias en un 20%.

El escritor hizo referencia a la intervención de un ponente anterior, Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía y a algo que éste había dicho sobre la misma. Ariza hablaba de algo que podemos intuir detrás de la crisis económica; otro tipo de crisis. A ésta, De Prada, se refirió casi absolutamente durante su intervención, demostrando al auditorio que lo que es raíz del problema no es tratado por los medios y, si se animan a hacerlo, es etiquetado como cortina de humo para no ver la realidad de las cosas importantes: la crisis económica.

Sostiene De Prada que, al contrario de lo que nos intentan hacer creer, lo que se considera cortina de humo es en realidad el motivo del problema. Y se pregunta si los medios de comunicación, especialmente los católicos, hablan de esta otra crisis que está detrás de la crisis económica, si sirven a la Verdad o la emborronan. Vuelve a citar a Castellani para hablar del encorsetamiento impuesto por la libertad de expresión: “La libertad de opinión es el chillar de los ineptos para acallar al sabio”.

Para muestra un botón de los últimos días, una perla que sólo es posible descubrir desde el análisis y que pasa desapercibida en el movimiento desordenado de la actualidad diaria: El caso de la placa en homenaje a la Madre Maravillas. Introduce el tema felicitándose por el hecho de que finalmente no se haya colocado la placa en honor a la santa ya que este hecho hubiese podido hacernos cuestionar la santidad de la Madre Maravillas: “es propiedad de los santos ahuyentar a los demonios”. Para el escritor han convivido, en el tratamiento de la noticia, dos tipos de posiciones encontradas. Estaban por una parte los medios enemigos de la fe, empeñados en arrojar sobre la santa todo tipo de injurias. Y, por otra parte, los medios supuestamente afines a la fe y que sólo han sabido tratar el tema desde la superficialidad, afeando el gesto de los diputados que un día propusieron una cosa y, al siguiente, la contraria. Terminaron estos por convenir que, con la que está cayendo, que los diputados se ocupen de la colocación de una placa era cosa un tanto ridícula. Es decir, no decir nada para, finalmente salir diciendo que la placa (un hecho que en principio no deja de pasar de anécdota) constituye una cortina de humo de la izquierda para no hablar de crisis económica.

Y mete el dedo en la llaga de los tibios nuevamente, de los que utilizan la excusa de la “cortina de humo” para escurrir el bulto de los asuntos que les son incómodos. Tiene que hablar de Rajoy y de su talón de Aquiles: el aborto. “Rajoy termina haciéndose un lío si se le pregunta sobre el aborto y termina diciendo que hay que dejarlo como está porque es fruto del consenso, para añadir a continuación que la Ley de plazos es una cortina de humo del Gobierno para no hablar de lo importante: la crisis económica”.

De Prada sostiene que todo esto no son maniobras de despiste de la izquierda, sino pasos adelante en la consecución de un objetivo último, maniobras de destrucción social: Acabar con la sociedad moral.

Así las cosas, De Prada concluye que, mientras los enemigos de la fe católica tienen puestas en pie a todas sus huestes, “la prensa está celebrando la gran ceremonia de las cortinas de humo”.

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Etiquetas:congreso católicos y vida pública