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Diario YA


 

El BCE saca la tarjeta amarilla

El impuesto especial a la banca repercutirá al cliente y encarecerá el crédito

Luis Losada Pescador. El mismo día en el que el Congreso debatía el impuesto especial a la banca el BCE sacaba tarjeta amarilla: repercutira al cliente y encarecerá el crédito. Un crédito ya encarecido antes del impuesto especial a la banca como consecuencia de la subida de tipos. El gobernador del Banco de España advierte además de que habrá crisis financiera porque la crisis económica disparará la morosidad y eso hará tambalear los balances de los bancos. Pero es que además, el argumento esgrimido por el gobierno no termina de entenderse. Argumentan que los bancos están recibiendo beneficios caídos del cielo y que por lo tanto deberían de tributar por ellos. En realidad lo que tienen son mayores ingresos como consecuencia del alza de tipos. Y pueden ocurrir dos escenarios. Que dichos ingresos vayan aparejados a unos mismos costes, lo que provocaría un incremento de beneficios más que proporcional y por lo tanto una mayor tributación en Sociedades. ¿Por qué provocar una segunda tributación?

Los espejismos de la izquierda. Juego sucio por doquier

Miguel Massanet Bosch. Si alguien tuviera alguna duda sobre lo que se trae entre manos el señor Pedro Sánchez y el ramillete de colaboradores de su gobierno y del resto de instituciones, que son muchas, en las que ejerce su poder absoluto, bastaría con escuchar las declaraciones de la señora Isabel Rodríguez García, ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, sobre lo que opina del PP. del señor Feijóo y de las responsabilidades que, con toda la cara dura del mundo, le viene atribuyendo en cuanto a lo que califica la obstrucción, el incumplimiento de la normativa constitucional y el supuesto daño a la democracia española.

Del día glorioso de Todos los Santos al día de los Difuntos

Fidel García Martínez.  Por una tradición inveterada el día glorioso de Todos los  Santos, parece haber perdido toda su grandeza, y ha pasado a cobrar protagonismo el día de los difuntos, obligada visita a los cementerios. El padre del periodismos moderno, Mariano José Larra, nos dejó uno de sus artículos costumbristas,  El día de los difuntos, escrito desde una situación existencial próxima a su final trágico y desgraciado. En este artículo nos da una visión de la España de su tiempo en plena descomposición política y social.

EN BUSCA DE LA POESÍA QUE PROMETE

MANUEL PARRA CELAYA. Reconozcamos que la circunstancia actual es poco propicia a la poesía. Y lo afirmo tomando el término en sus dos significados: el que ofrece su etimología griega, creación, y el que a la alude a la belleza (“Manifestación de belleza por medio de la palabra”, dice la Madre Academia). Y no echemos la culpa a la tecnología, pues ya aquellos poetas futuristas del siglo pasado querían ver rasgos de belleza en la máquina y se atrevían a comparar un bólido de carreras con la Victoria de Samotracia. La Belleza suele estar muy emparentada con el Bien y la Verdad, y no tenemos más remedio que admitir que ninguno de los tres conceptos goza de buena salud en nuestros días. La Verdad queda en tela de juicio en un marco presidido por el relativismo, en el que todo depende de las libérrimas decisiones de voluntad, sea mediante su caprichosa expresión individual, sea mediante el sufragio en lo colectivo; y eso cuando no interfieren la tremenda dictadura de la corrección política o de las fake news.

Soplar y sorber no puede ser. No se puede violar la institucionalidad con los sediciosos al tiempo que se pretende velar la institucionalidad

Incongruencia insalvable

Luis Losada Pescador. Pedro Sánchez se pasó de frenada. Pensó que valía todo. Creyó que podía ‘mear’ en la cara del adversario y que este diría que estaba lloviendo. Tres pueblos. La confirmación de que estaba negociando la rebaja del delito de sedición fue la puntilla. Lo hizo la ministra Montero en el debate presupuestario. Y lo hizo -más discretamente- el mismo Sánchez. ¡Hasta aquí hemos llegado! Porque pretenden velar por la institucionalidad y la estabilidad del poder judicial al mismo tiempo que se pacta con los sediciosos la rebaja del delito de sedición ya es mucho. Como dice el PP es una “incongruencia insalvable”.

La España de Franco fue el único país occidental que ofreció ayuda militar

Aniversario de la revolución de Hungría por la libertad en 1956

José Luis Orella. Hungría fue ocupada militarmente por el Ejército soviético después de la Segunda Guerra Mundial. Las elecciones de postguerra de 1945 fueron ganadas por el Partido de los Propietarios con el 57% de los votos, mientras el Partido Comunista, bajo el mando de los estalinistas Mátyás Rákosi y Ernö Gero, recibió el apoyo del 17 % de la población. El comandante soviético en Hungría, el mariscal Voroshilov, vetó la posibilidad de que un partido burgués de derechas formara gobierno, acusado su espacio político de fascismo húngaro. El mando soviético estableció un gobierno de coalición con los comunistas en los puestos claves de Defensa e Interior.

“Las promesas son peores que las mentiras... no solo haces que la gente las crea, sino que también les haces tener esperanzas” anónimo

Un futuro será mejor, pero ¿qué hay del presente?

Miguel Massanet Bosch. Estamos en plena efervescencia propagandística. El Gobierno se ha lanzado en tromba para intentar, por todos los medios, conseguir cambiar el sentido de lo que se anuncian como evidentes derrotas del partido o partidos gobernantes en los próximos comicios que se avecinan.  Promesas y más promesas por parte del Ejecutivo que no mira en gastos cuando se trata de ir comprando votos allá y acullá, aunque para ello tenga que hacer chirríar los goznes de toda la economía de la nación española.

¿es posible ilegalizar a todo colectivo que proponga romper España, esa que aparece definida en la actual Constitución como “indisoluble unidad (…), patria común e indivisible de todos los españoles?

TERRAPLANISMO

MANUEL PARRA CELAYA. Por culpa de mi mala memoria y del desorden de mi hemeroteca personal solo recuerdo vagamente que, ante una sugerencia de ilegalización de los partidos y grupos separatistas que alguien lanzó en el hemiciclo, hubo una rotunda respuesta “oficial” -lógicamente del PSOE- que, de forma airada, acusaba a los proponentes de “querer acaso ilegalizar a muchísimos españoles”; no puedo asegurar que la cita sea exacta, pero sí el espíritu con que fue formulada, espíritu, evidentemente, propicio a la “negociación” de todo y a esa trampa suicida que llaman desjucialización de la política. A lo largo de la historia moderna, España se las ha visto de todos los colores, incluyendo situaciones en las que peligraba su integridad nacional y su propia existencia. Este es, para qué negarlo, uno de esos momentos en que nuestra patria vuelve a dar al mundo la imagen de un borrador inseguro.

“La corrupción y la hipocresía no deberían ser productos inevitables de la democracia, como sin duda lo son hoy” Mahatma Gandhi

Pedro Sánchez, sus funcionarios, paniaguados y deshollinadores de la Moncloa

Miguel Massanet Bosch. Cuando un gobierno necesita apoyarse, para ser efectivo o, al menos, hacerse la ilusión de serlo, en toda una parafernalia excesiva de personas que, en apariencia, le ayudan en su función gubernamental, lo primero que se le ocurre al ciudadano de a pie es preguntarse si la persona a la que las urnas le ha conferido el poder, le han entregado los destinos del país y le han conferido la potestad de hacer y deshacer, era la que verdaderamente precisaba España o no.

El español: un vaso de agua clara

Tomás Salas. Los pemanianos, si los hay,  que lean este artículo recordarán aquel memorable de don José María, publicado en una tercera de ABC,  el 19 de abril de 1970, con el título de El catalán: un vaso de agua clara. Hagamos un poco de historia. Finales de los 60. El Institut d'Estudis Catalans promueve una campaña para incentivar la enseñanza del catalán, especialmente en las escuelas. Detrás hay numerosas organizaciones, entre ellas, Òmnium Cultural (¿les suena?).  La misma Diputación de Barcelona ofrece cursos a aquellos ayuntamientos que lo soliciten. Uno de los líderes de aquel movimiento es Josep Benet, que luego tendría un papel activo en la transición y sería nombrado por D. Juan Carlos I senador real en las primeras cortes del nuevo régimen.