Manuel Parra Celaya. Esos verdaderos mártires de la Fe no merecieron el honor de presidir titulares de primera página, como tantos y tantos que cada día sucumben en mano de los salvajes, pero ya sabemos que, para el progresismo laicista, sigue habiendo muertos de primera y de segunda categoría; en orden a las mezquindades, para el Parlament de Catalunya, solo merecieron el consabido minuto de silencio dos de las víctimas, por ser autóctonas…
Manuel Parra Celaya. Los españoles hemos sido objetos –y nunca mejor empleado el término- de una maquiavélica operación de los expertos de la ingeniería social para hacernos olvidar nuestra historia, cuando no para menospreciarla o recibirla fraccionada o tergiversada.
Manuel Parra Celaya. No guardo constancia en mi memoria de que ese periódico protestara jamás de otros martillazos o golpes de piqueta contra la historia que se han ido dando en Barcelona, para no ir más lejos.