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MI OPINIÓN

Aprender con los padres o tutores

Wenceslao Pérez Gómez. 1 de septiembre. Se está comentando mucho en estos días, la posible liberación de las clases teóricas para la obtención del permiso de conducir. Según parece, esta posibilidad está recogida en el proyecto de la “Ley Ómnibus”, que se encuentra en fase de tramitación en el Parlamento. Esta nueva normativa permitiría que las clases teóricas para la obtención del carnet, se podrían impartir fuera de las autoescuelas.

Pues, este proyecto de ley está poniendo en alerta a las autoescuelas, porque consideran que puede existir intrusismo en el sector del profesorado de la conducción. Pero, es que, además, puede significar el primer paso para la enseñanza de la conducción acompañada, una práctica que ya es habitual en algunos países europeos, concretamente en Francia, donde se puede solicitar que una persona mayor y con varios años de experiencia, pueda ayudar a manejar un coche a un joven aspirante a conductor, eso sí, siempre que el vehículo que se utilice tenga doble mando, es decir, como los que se emplean en las autoescuelas.

Lógicamente, las asociaciones de autoescuelas están en contra del citado proyecto, porque ponen en tela de juicio la capacidad de enseñanza de la persona mayor acompañante al neófito conductor y proponen que sea necesario que la persona en cuestión recibiera algún tipo de cursillo formativo al respecto. 

En nuestra opinión, las autoescuelas ven que con este proyecto se les puede acabar el negocio de las clases teóricas y prácticas, ya de por sí estas últimas, bastantes subidas de precio. Y, ahí, es donde les duele.

Ya hemos comentado en esta sección que las autoescuelas, a lo único que enseñan es a obtener el permiso de conducir mediante las prácticas pertinentes, pero nada más. Ahora, si esta nueva normativa entra en vigor y quieren que el negocio siga funcionando, pueden impartir clases teóricas y prácticas sobre perfeccionamiento de la conducción, enseñanzas sobre como es la máquina que van a llevar en sus manos los nuevos conductores, como se puede comportar sobre terrenos y en situaciones difíciles y como maniobrar para que no se produzcan accidentes. En estos temas, seguro que no tendrán competencia.

Por otro lado, en asociaciones de conductores, como AEA, Automovilistas Europeos Asociados, se apuesta por un modelo de enseñanza complementaria practicando una conducción “real”, aunque, eso sí, siempre que se cuente con las autoescuelas por la gran tradición que tienen en España y se pone como ejemplo a Francia, donde las personas que han obtenido el permiso de conducir por medio de este sistema mixto, han tenido menos accidentes.

También, nosotros creemos que si se llega a aprobar la “Ley Ómnibus”, el precio total del permiso de conducir, será menor de lo que ahora cuesta a los bolsillos de los españoles, al reducir el número de clases prácticas necesarias para manejar el vehículo, impartidas en las autoescuelas.

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