
Luis Losada Pescador. El juez Peinado apunta a una evidencia relevante. Considera “fundamental” el vínculo entre Begoña Gómez con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. La razón es obvia: Begoña Gómez pudo incurrir en tráfico de influencias porque su relación con el presidente del gobierno le permitía ‘influir’ en decisiones gubernamentales. En resumen: no se puede traficar con influencias si no se tienen. Y la Moncloa asegura las influencias.
La evidencia de Peinado coloca al ‘cambiacolchones’ enamorado en el disparadero judicial. De momento será su mujer la que tendrá que comparecer ante un jurado popular. Se acabó la estrategia socialista de acusar a los jueces de ‘lawfare’, de ser ‘fachas con toga’.
Y si Sánchez pretendía romper amarras con su amada esposa y sentirse defraudado como con Cerdán, la estrategia quedaría pinchada.
Manuel Parra Celaya. Una ola de antijudaísmo recorre Europa. No digo de antisemitismo, porque entiendo que los dos bandos en guerra abierta en Oriente Próximo se reconocen en el mismo origen étnico. Ahora, en nuestros lares, el debate parece centrarse en un simple tema lingüístico: “genocidio” sí o no, aunque nuestro Gobierno se ha decantado de entrada por la primera opción; dicen que hay palabras en propiedad, como esa misma y la acuñada tras la 2ª GM de “holocausto”, pero prefiero atarme al significado que da la RAE de “matanza de seres humanos”, sin precisar víctimas y victimarios.
Luis Losada Pescador. Máxima expectación ante la presentación de Atenea, el ‘think tank’ lanzado por Iván Espinosa de los Monteros. Aunque él lo ha negado por activa, pasiva y perifrástica, el objetivo no es sólo producir ideas y ‘papeles’ sino testar el ambiente para una alternativa partidista “ilusionante”. Por eso lo importante no es el qué sino el quién. Lo importante no es lo que dijeron en el acto de presentación, sino quién acudió. La lista es lo relevante. No acudió el portavoz del PP, Miguel Tellado, como habían anunciado desde el PP. El objetivo, probablemente, era tratar de fagocitar a Vox, el abrazo del oso. Pero ocurrió que finalmente Javier Ortega Smith decidió arropar a Espinosa. Y en el PP entendieron que quizás no era una foto que les favoreciera. Ortega estaba apartado del partido que fundó, pero el gesto de este jueves probablemente le haga pasar de zombi y muerto anticipado. Ahora el PP apuesta por la “operación retorno” de los ex peperos marginados por Abascal.
Manuel Parra Celaya. Muchos coincidimos en que la mostrenca y anticuada clasificación de derechas e izquierdas ya ha quedado arrumbada en el polvoriento desván de la historia. La prueba de ello me dan los propios representantes de los partidos, que han ido arrinconando estos términos en desuso, ocultándolos, silenciándolos o dejándolos caer solamente para sus hinchadas más fieles y retrógradas.
La tradicional derecha hace tiempo que apeó esta denominación, quizás por su empecinamiento vergonzante en romper todo vínculo y alusión con el proscrito franquismo, y acude a definiciones más actuales, algunos como “conservadora”, otros como “liberal”, o, en sus ensoñaciones más demagógicas, al insulso apelativo de “centrismo”.
Luis Losada Pescador. El escándalo destapado por la Fiscalía en su memoria es mayúsculo. Igualdad decide cambiar el sistema de protección telemática de las mujeres víctimas de maltrato por otro más barato. El nuevo sistema revela deficiencias e incoherencias. De hecho obtiene una evaluación de 3,6 sobre 10. Aún así, el gobierno decide seguir adelante. Mala suerte para las mujeres… ¿Solución? Pedir a las mujeres que extremen la precaución. O sea, búscate la vida. ¿De verdad que para eso nos extraen 500 millones de euros anuales a los ciudadanos?
Manuel Parra Celaya. O, si lo prefieren, y con perdón, el culo y las témporas. Sin pretender sentar cátedra de antropólogo, me voy a referir a cuestiones que, desde el punto de vista de una lógica elemental, no guardan relación entre sí, pero se ven imbricadas en las conciencias por causas ajenas a su naturaleza.
Pongamos como primer ejemplo la política y el fútbol; aquella puede considerarse, según las versiones que consultemos, una ciencia o un arte; el fútbol consiste (según algunos) en un deporte; según otros, en un espectáculo; y, según mi humilde opinión, en un negocio. Pero las respectivas hinchadas se apresuran a vivirlo con fanatismo irredento, adaptando los colores de sus equipos a la opción política más radical que encuentren a su paso (y no digo ideológica pues no acostumbran a entender de ideas), sobre todo si el equipo rival enarbola con idéntica pasión símbolos enemigos.
Luis Losada Pescador. Hay una ‘inquisición laica’ que ya no se conforma con la muerte civil. Ahora quiere la ejecución física, el aniquilamiento, el silenciamiento definitivo.
El hallazgo de ideología trans y ‘antifascista’ en la municición del presunto asesino de Charlie Kirk apela al movil ideológico del asesinato; ¿cuál otro podía ser? El gran ‘pecado’ de Kirk fue hablar; eso sí lo hacía muy bien, con contundencia, sin dejar respirar al adversario…
El ambiente ya venía caldeado. El gobernador de California hablaba de “combatir el fuego con fuego” y “cagar a trompadas a estos hijos de puta" en referencia a los republicanos. Por eso Trump señala que “es la consecuencia de demonizar a los que discrepan”. Unos calientan el ambiente y siempre hay alguien dispuesto a apretar el gatillo.
Manuel Parra Celaya. Es evidente que todos los regímenes que han existido en el mundo han procurado que los ciudadanos se acomodaran a las ideas predominantes, fuera de forma directa o indirecta, mediante el recurso del cine. Al proclamarse como panacea social el dogma de la libertad, puede darnos la impresión de que cualquiera tiene barra libre para transmitir sus (respetables) ideas mediante una película, en la confianza de que los espectadores aplicarán su raciocinio y aceptarán o no el mensaje; por un momento, hagamos omisión del importante aspecto de quiénes la van a subvencionar, pues, si se trata de instituciones públicas, es muy probable que el guion y el montaje deban adaptarse -hoy por hoy- a la corrección política.
Alberto Buela. A partir de la primera asunción a la presidencia por Trump comenzó hablarse desde Steve Banon de la idea de Deep State y luego miles de comentaristas y analistas políticos siguieron con el tema.
El Estado Profundo es una realidad permanente compuesta por todos aquellos- funcionarios, militares, administradores, jueces, gobernadores, sindicalistas, periodistas, profesores, eclesiásticos, lobbies comunitarios, banqueros, etc.- que siguen en sus puestos más allá de los ciclos electorales y cambios de régimen.
Ahora bien, como bien sostiene el investigador italiano Gabrielle Adinolfi: El "Estado profundo" no se puede desmantelar porque eso equivaldría a desmantelar todo el orden social y estatal. Se puede atacar a las minorías sediciosas que contaminan el sistema”.
Vicente Díaz de Villegas y Herrería.
Este verano ha sido especial. Antes del inicio del verano mi hija me dijo que mi nieta Juana quería hacer el camino de Santiago conmigo, su abuelo. Le contesté que sí y según me comentó mi hija mi nieta se puso muy contenta.
Hace tiempo, mas de 15 años, que no hago nada fisicamente de forma regular. Consciente del esfuerzo a llevar a cabo y de las posibles rozaduras en los pies, me compré unas botas cortas baratas en el Corte Ingles y madrugué para andar durante un par de semanas una hora, 2, 3 y 4 horas. Las botas tuvieron un fallo y se abrieron las llevé a la tienda y como no había el mismo numero opté por seguir con ellas ya que las tenía domadas. Al volver me dieron unas nuevas.